"En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: «¿Entonces, qué hacemos?»
Él contestó: «El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo.»
Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: «Maestro, ¿qué hacemos nosotros?»
Él les contestó: «No exijáis más de lo establecido.»
Unos militares le preguntaron: «¿Qué hacemos nosotros?»
Él les contestó: «No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga.»
El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.»
Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio."
Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: -«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.» Éste es el que anunció el profeta Isaías, diciendo:
«Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos."
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:
-« ¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?
Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando: "Abraham es nuestro padre", pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abraham de estas piedras.
Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias.
Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.»
ORACIÓN
Dios está viniendo. Él viene en su Palabra, en su Espíritu que nos da la fe, en los sacramentos
de la Iglesia, en las luchas y alegrías de la vida, en cada uno de nuestros hermanos, sobre todo
en los más pobres y sufridos. Hay que saber esperar a Dios. Hay que saber buscar a Dios. Hay que saber descubrir a Dios.
Y mira que hay muchos que se cansan de esperar, porque la vida se ha puesto muy dura y los poderosos siempre aplastan al pueblo. Y hay muchos que no saben buscar a Dios día a día, en el trabajo, en casa, en la calle, en la lucha por los derechos de todos, en la oración, en la fiesta alegre de los hermanos unidos, e incluso más allá de la muerte.
El maíz y el arroz están naciendo, hermosos. Ha llegado el Adviento. Luego llegará la Navidad. Dios está llegando siempre. Abramos los ojos de la fe, abramos los brazos de la esperanza, abramos el corazón del amor. En ese Dios que siempre viene, os abraza vuestro hermano.
<<En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación. Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre".>>
Oración: Ver a Dios en la vida
Cambia nuestra mirada, Padre Bueno, convierte nuestros corazones, para que seamos capaces de descubrir tu presencia y las huellas del Reino, tan cercanas y cotidianas para el que mira la vida con los ojos de Dios.
Cambia nuestra mirada para vivir la fiesta del encuentro, para sorprendernos con tu paso a nuestro lado, compañero y protector, que nos cuida y nos abriga.
Cambia nuestra mirada, para descubrir a Jesús que vive en medio nuestro, en el que sufre, en el excluido, en el marginado por la sociedad pero amado y preferido por el Dios del Reino. Cambia nuestra mirada para aprender a encontrar las semillas de Evangelio, que crecen en nuestra humanidad, levadura de vida nueva, señales de un mundo fraterno.
Padre, abre nuestros ojos y afina nuestros oídos, para encontrar tus caminos y escuchar tus desafíos. Danos la mirada del Evangelio que transfigura el mundo para hacerlo sacramento señal viva de tu presencia y eco fecundo de tu aliento. Ayúdanos a buscarte en la vida, a encontrarte en la historia, a rastrearte en lo cotidiano, para servir a los demás, trabajar por un mundo nuevo y así, construir tu Reino.
Haz de mí un instrumento de tu paz, Donde haya odio que yo lleve Amor, donde haya rencorque yo lleve el perdón, Que no exista la mentira e inunde la verdad.
Cuando haya discordia, que lleve la unión, y si hay desesperación que exista la esperanza. Que donde haya Tristeza, poco a poco lleve la alegría y en las tinieblas exista la Luz.
Haz Que consuele como quiero ser consolado, perdone como se es personado y que Comprenda como el ser comprendido.
Ya que dando se recibe, y quiero seguir tu camino.
Somos una asociación de fieles Laicos al servicio de la Iglesia, que agrupa a niños, jóvenes y adultos. Unidos en el Carisma, Consolar, a las Hnas. de Ntra. Sra. de la Consolación, nacidas de Sta. Mª Rosa Molas.